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quinta-feira, 9 de junho de 2011

LITURGIA DA PALAVRA

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Daniel Cueva Casanova
Liturgia del día: Primera Lectura, Salmo, Evangelio y Reflexión.
VII semana de pascua 8 de Junio de 2011.


Liturgia de las Horas: Propio del Salterio
...Color: Blanco
Santoral

•Beato Pacifico de Cerano

Lecturas de la liturgia
•Primera Lectura: Hechos 20,28-38
"Os dejo en manos de Dios, que tiene poder para construiros y daros parte en la herencia"
En aquellos días, decía Pablo a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso:
- Tened cuidado de vosotros y del rebaño que el Espíritu Santo os ha encargado guardar, como pastores de la Iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre.
Ya sé que, cuando os deje, se meterán entre vosotros lobos feroces, que no tendrán piedad del rebaño. Incluso algunos de vosotros deformarán la doctrina y arrastrarán a los discípulos. Por eso, estad alerta: acordaos que durante tres años, de día y de noche, no he cesado de aconsejar con lágrimas en los ojos a cada uno en particular. Ahora os dejo en manos de Dios y de su palabra de gracia, que tiene poder para construiros y daros parte en la herencia de los santos. A nadie le he pedido dinero, oro ni ropa. Bien sabéis que estas manos han ganado lo necesario para mí y mis compañeros. Siempre os he enseñado que es nuestro deber trabajar para socorrer a los necesitados, acordándonos de las palabras del Señor Jesús: «Hay más dicha en dar que en recibir».
Cuando terminó de hablar, se pusieron todos de rodillas, y rezó. Se echaron a llorar y, abrazando a Pablo, lo besaban; lo que más pena les daba era lo que había dicho, que no volverían a verlo. Y lo acompañaron hasta el barco.


•Salmo Responsorial: 67
"Reyes de la tierra, cantad a Dios"
Oh Dios, despliega tu poder,
tu poder, oh Dios,
que actúa en favor nuestro.
A tu templo de Jerusalén
traigan los reyes su tributo.

Reyes de la tierra, cantad a Dios,
tocad para el Señor,
que avanza por los cielos,
los cielos antiquísimos,
que lanza su voz,
su voz poderosa:
«Reconoced el poder de Dios».

Sobre Israel resplandece su majestad,
y su poder, sobre las nubes.
¡Dios sea bendito!


•Evangelio: Juan 17,11b-19
"Que sean uno, como nosotros"
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo:
- Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros.
Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura.
Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que ellos mismos tengan mi alegría cumplida.
Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del mal.
No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Conságralos en la verdad; tu palabra es verdad.
Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo.
Y por ellos me consagro yo, para que también se consagren ellos en la verdad.


Hechos 20, 28-38 / Juan 17, 11b-19
Salmo Responsorial: Sal 67, 29-30.33-35a. 35b y 36c
R/. "Reyes de la tierra, cantad a Dios"

Reflexión:
La entrega de San Pablo está excediendo la bondad, es la muestra verdadera del Amor que viene de Dios; pues, San Pablo está con El Espíritu Santo, prueba de ello es el gran amor que le tienen los presbíteros de Éfeso y que hace posible que lleguen hasta las lágrimas. Cuando un hombre llora por su semejante, el alma del hombre ha quedado enternecida, y si está llena del Espíritu Santo, ya no solo es enternecimiento por el apego hacia su prójimo, ya es el alma que está unida a la otra alma; es decir, el alma de un hombre se siente amada por el alma del otro, aun sin que este sienta lo mismo. Pero qué hermoso sería que las dos almas sintieran lo mismo, pero para ello, se necesitaría que las dos almas estén Cristificadas; es decir, que estén cada una unidas al Amor de Dios, que estén convertidas al Amor del Espíritu Santo, pues, no es lo mismo querer por costumbre y familiaridad, que Amar porque se conoció El Amor del Espíritu Santo de Dios; es decir, cuando el hombre experimenta un avanzado y gran proceso de conversión, ha entrado en una mayor intensidad de unión con Dios y por tanto conoce que Amar un poco mejor en el Amor de Dios, es porque sabe que puede amar a sus hermanos al extremo de dar la vida por él.

En efecto, el hombre que ha experimentado una unión más íntima con Dios, conoce como mejorar sus afectos de Amor en El Espíritu Santo para con sus hermanos, lo mismo que hizo El Padre de entregar a Su Hijo Único, lo mismo que hizo El Hijo de entregar Su Vida por nosotros, lo mismo que sintió El Espíritu Santo en ese desgarrón cuando El Hijo fue colgado de un madero, y sintió el dolor de un Dios Verdadero y Hombre Verdadero , y el dolor del Padre; todos Ellos, Las Tres Personas, La Santísima Trinidad ha invadido el corazón del hombre y lo hace experimentar como debe amar a sus hermanos, al punto que el hombre comienza a atribularse, a mortificarse, a donarse, de tal forma que va negándose a sí mismo, dejando placeres efímeros por amor a sus hermanos. Y ¿de qué manera se puede entregar la vida en este sentido? Respuesta: En que si el ser humano deja familia, tierras, amistades, herencias, etc., es porque está dejando una vida por amor a Dios y por amor a sus hermanos, por tanto, está dejando parte de una vida, parte de si, para que transformado por El Espíritu Santo, el hombre sea un hombre nuevo, por ello nos dice el Apóstol: «Hay más dicha en dar que en recibir»…, porque el hombre nuevo sabe dar y recibe más dicha, la dicha de Dios en los dones y virtudes que alegran y enriquecen el alma. Por tanto, el hombre ha experimentado primero El Amor de Dios, y en cada acto de entrega y donación para con sus hermanos, el hombre va recibiendo la ganancia de un Dios Remunerativo según las obras de los hombres.

Y cuando dice: «Tened cuidado de vosotros y del rebaño que el Espíritu Santo os ha encargado guardar, como pastores de la Iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre»…, es porque dentro de la misma Iglesia, existen quienes perturban El Espíritu de Dios tratando de figurar con la ganancia de las dádivas por el orgullo y la soberbia que hacen querer sobresalir por encima de un Dios que Siendo Espíritu Intangible, pasa a un segundo plano por la vanidad del hombre, y así no guardan el rebaño para Dios, sino, que guardan el rebaño para sus propios intereses, cuando el interés que se debe ganar es para El Señor que se donó en La Cruz, y que por ello dice: «que él adquirió con su propia sangre»…,

Por ello continúa: «Ya sé que, cuando os deje, se meterán entre vosotros lobos feroces, que no tendrán piedad del rebaño»…, en esto nos hace ver que dentro de nosotros, y no solamente dentro de los de vida religiosa, siempre hay separatistas, hombres con argucias que solo ven los apegos terrenales y que complotan contra los hombres buenos para ganar sus efímeros placeres de dinero, ropa y vivienda; por ello dice: « A nadie le he pedido dinero, oro ni ropa. Bien sabéis que estas manos han ganado lo necesario para mí y mis compañeros»…, pues los justos, no trabajan para tener más que para lo necesario, mientras que los hipócritas quieren seguir sembrando y cosechando a sus anchas, para que en el ostento, tengan hartura de bienes terrenales que los condenen en la avaricia y la codicia; más les habría sido provechoso confiar en Dios Providente que en sus propias artimañas que lo único que les han logrado es cavar su fosa más honda y dolorosa de lo que ya está; así los justos, solo trabajan para ellos y para sus hermanos; mientras que los hipócritas trabajan para ellos y para sus intereses.

Y cuando dice: «Incluso algunos de vosotros deformarán la doctrina y arrastrarán a los discípulos»…, ya se está refiriendo especialmente a los protestantes, herejes, réprobos, apóstatas y cismáticos, que con sus posturas soberbias han desfigurado y lacerado la unidad de La Iglesia, que aunque ello ha ocurrido y se sigue manifestando, Le Iglesia queda fortalecida, pues, esto que daña a cada uno de nosotros y nos entristece al punto de sentir tribulación por sus degeneraciones perversas, justamente El Justo Juez nos está retribuyendo nuestras penas con dones y virtudes que han calado en nuestras almas, volviéndolas más santas, por ello dice: « Ahora os dejo en manos de Dios y de Su Palabra de gracia, que tiene poder para construiros y daros parte en la herencia de los santos»…

Por ello, el Salmo 67 nos dice consonante con la primera lectura:
«Oh Dios, despliega tu poder,
tu poder, oh Dios,
que actúa en favor nuestro»

Una gran verdad; pues, Dios Omnipotente y Misericordioso, no deja de Ser Justo y Un Justo Juez, que reprime a los malvados, aun cuando estos piensan triunfar, están derrotados en sus propias condenas, por ello dice: «oh Dios, que actúa en favor nuestro»…, Así Dios muestra Su poder como El Todopoderoso, Quien en El Espíritu Santo Ama y no deja solos a Sus hijos muy queridos.


Y El Sagrado Evangelio nos aclama con la oración del Señor Jesús, sino es la mejor oración después del Padre Nuestro o la de Su Fiat en el Huerto de Los Olivos, porque nos manifiesta un amor indescriptible, porque dice: «Padre Santo, guárdalos en Tu Nombre»…, El Señor Jesús inicia una oración en la que primero pone al Padre y seguidamente a nosotros. Éste es un acto supremo, es una consideración en extremo de Amor, Es Dios que Se manifiesta en el Amor Supremo, queriendo que nosotros quedemos en el Corazón del Padre, que como fin jerárquico quiere que nosotros veamos siempre al Padre como nuestro Creador, como nuestro Tutor, como El Amoroso Padre que Es. Esto queridos hermanos, es tan preciado por que dice: «guárdalos en Tu Nombre»…, y cuando dice esto, estalla el amor del hombre, pues, a que nombre más importante se pueden dar las cosas. El hombre puede decir, en el nombre de mi padre, madre, hermano, el presidente, y si se quiere hasta el de un rey; pero decir en El Nombre de Dios, es excelso; y no solo eso, sino, que lo diga Dios Hijo Jesucristo nuestro Señor: «guárdalos en tu nombre»…, es lo mejor que le puede pasar al hombre, tienes que estar en El Amor de Dios para comprenderlo y sentirlo; es gratificante que el Señor Jesús, nos quiera guardados en El Santo Nombre de Dios Padre… caigan en la cuenta hermanos, «Es Dios, Es Dios, Es Dios», tienes que estar hasta las lágrimas cuando escuchas que Jesús Mismo le está pidiendo al Padre por nosotros: «Mi Espíritu Se alegra en Dios Mi Salvador» dice María Santísima, imitémosla y conmovámonos cayendo en la cuenta que estamos ingresando al Corazón de Dios, al Amor de los amores, y al centro mismo de Su Corazón, a la mayor intimidad que puede tener el hombre en El Amor Verdadero que Es El Mismo Espíritu Santo de Dios, si cuando oramos suspiramos, qué más no será estar más inmersos en Dios.

Por ello, siempre he creído que esta oración de Jesús la dijo llorando, arrodillado y meditando en todo y en todos. Por ello continúa: «a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros»…, Esta es la unidad de La Iglesia (Triunfante, Purgante y Militante), que sea una con Dios como El Padre lo Es con El Hijo. Toda ésta oración sigue siendo excelsa y rica en su profundidad.

Continúa y yo no digo mucho porque está dicho casi todo, pero, reflexionen ustedes: «Cuando estaba con ellos, Yo guardaba en Tu Nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió»…, es decir, que cuando dice: «Yo guardaba en Tu Nombre»…, está diciendo que nos tenía por preciados de Él (El Hijo) en El nombre Padre; es decir, los guardo en el nombre de Dios, pues, queridos hermanos, no hay más lugar preciado que Dios Mismo, y no solo eso, sino, que lo haga El Mismo Hijo Jesucristo nuestro Señor, y si Dios nos tiene custodiados, pues dice: «y los custodiaba»…, nos está diciendo que nos protegía («guardaba») con mucho cuidado y vigilancia, con el celo que puede tener nuestro Salvador, El Buen Pastor y por ello nadie se le perdió, dice el Señor. Pero quien se puede perder, pues solo aquél que siendo tentado, no es fuerte y cede ante las hostilidades al punto de condenar su alma, por ello es que el hombre se pierde y Dios no los pierde, ya que el hombre teniendo su propia voluntad, puede hacer de su vida lo que mejor le plazca. Por ello es que Judas cediendo a la avaricio del vil metal vendió al Hijo de Dios reconocido por Él y por todos los Apóstoles que lo seguían.

Mediten por favor hermanos, esto es muy rico, es demasiado para mí, no puedo más:
«Ahora voy a Ti, y digo esto en el mundo para que ellos mismos tengan Mi alegría cumplida.

Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del mal.

No son del mundo, como tampoco Yo Soy del mundo.
Conságralos en la verdad; Tu Palabra Es Verdad.

Como Tú Me enviaste al mundo, así los envío Yo también al mundo.

Y por ellos Me consagro Yo, para que también se consagren ellos en la verdad»

¡Cristo ha resucitado. Aleluya, aleluya

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